Oficio de tontos

Tontos son los creen, los que crean, los que buscan el temblor de una palabra, los que se ríen de su sombra, los que se enamoran por nada, los que pierden pero no se pierden, los que se enorgullecen de sus amigos, los que no eligen el camino fácil, los que siempre están ahí, los que piensan que el mundo no está perdido todavía... Bienaventurados los tontos, porque de ellos será el reino de la literatura.

jueves, 30 de junio de 2011

Captar el interés

Todo relato debe capturar la atención del lector desde la primera frase. Tal vez no tengamos más oportunidades antes de que nos abandone por un canal de televisión. Yo suelo crear el interés partiendo siempre de un hecho en apariencia inexplicable. Es la típica receta del relato fantástico. Claro, después hay que guardarse de dar las explicaciones en dosis homeopáticas e intentar, finalmente, que la expectativa no decepcione la resolución.
Ayer me ocurrió una divertida anécdota con la que iniciar un relato. Mi esposa encontró en el coche una tarjeta de un nightclub del que, obviamente, yo so sabía nada. Si me interrogo cómo llego allí la tarjeta me sale un cuento...

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