Oficio de tontos

Tontos son los creen, los que crean, los que buscan el temblor de una palabra, los que se ríen de su sombra, los que se enamoran por nada, los que pierden pero no se pierden, los que se enorgullecen de sus amigos, los que no eligen el camino fácil, los que siempre están ahí, los que piensan que el mundo no está perdido todavía... Bienaventurados los tontos, porque de ellos será el reino de la literatura.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Estáis invitados

El 21 de diciembre, si la profecía maya no lo impide, estáis invitados a la presentación de El sombrero de las ideas descabelladas. A las ocho de la tarde, en la galería El Mirador, sita en la Avenida de Santa Lucía nº 69, de Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Habrá sorpresas, y, por supuesto, magos con chisteras.



Trailer de promoción de El sombrero de las ideas descabelladas

A veces, lo mejor  de los proeyctos es la gente interesante que encuentras en el camino, y lo que aprendes con ellas. Ha sido el caso de Manuel Domínguez Guerra, el ilustrador de la novela El sombrero de las ideas descabelladas: un lujo para los sentidos y un artista con un profundo conocimiento del oficio. Sus ilustraciones transmiten emoción y recrean la atmósfera gótica en la que se desenvuelve la novela.


Otro feliz encuentro ha sido con el realizador de vídeo, y animador flash, Pedro Rodríguez Fernández, de Ideasonboxes, que nos ha dejado esta maravilla de vídeo. Dura un minuto y merece la pena. ¡Qué buena película haría Tim Burton a partir de estas imágenes!



viernes, 30 de noviembre de 2012

Cuentos con valores

Que las nuevas tecnologías cambiarán (están cambiando) la forma de leer es una evidencia que no merece la pena discutir, igual que la invención de la imprenta a finales de la Edad Media cambió los generos literarios y creó un nuevo perfil de lector.
De momento, asistimos expectantes a ver qué nos depara este futuro ya inmediato y hacia donde nos arrastra la vorágine de la tecnología. Las influncias de Internet en la literatura son evidentes. Hace poco que me convertido a Twitter y habría que ser un ciego para no verle las posibilidades literarias, tan próximas a la greguería. El primer tuitero, posiblemente, fue Gómez de la Serna. Twitter es un terreno abonado para la sentencia y el microrrelato, y no en balde hay certámenes de Twitteratura.
Decía todo esto porque hace poco que he tenido la suerte de colaborar en el guion de un videojuego de rol, Hidalgus, las aventuras de Martín Quesada, una suerte de novela interactiva ambientada en el Siglo de Oro Español. La conclusión es obvia: las historias son las mismas, pero el medio condiciona la forma de narrar. Este tipo de juegos interactivos tienen una mecánica (en suma, una serie de características y de limitaciones) que afecta directamente a la forma en que puede narrarse la historia, aunque lo alucinante es que en esencia es una novela. Es decir, es que como si la novela se transmutara en nuevos formatos para mantener el mismo espíritu que definía Lukas: la historia de un agonista que busca valores verdaderos en una sociedad corrompida.

Iguales reflexiones se pueden aplicar a los cuentos infantiles. Con las tabletas, hoy en día los cuentos pueden tocarse, son interactivos.  Los niños digitales leen cuentos de manera diferente a las generaciones analógicas. Aunque las historias, son las mismas...
Para muestra, os dejo enlace para bajar una muy interesante aplicación que Edebé mobile ha puesto en la Appel Store. Se llama Cuentos con valores. Merece la pena.


Presentación de El sombrero de las ideas descabelladas

En la era de Internet, la presentación de un libro no deja de ser una costumbre residual y bastante anacrónica para poner una obra en el escaparate público. Pero la literatura tiene sus liturgias, que conviene preservar, y un libro cobra impulso y vida cuando entra en contacto con el público. Hay que escenificar esta puesta de largo, pues la red y los ebooks carecen de ese rescoldo humano del que se nutre la creación.
Hacía todo este preludio para anunciarios que estoy preparando, con Manuel Domínguez Guerra, la presentación de la novela El sombrero de las ideas descabelladas, que tendrá lugar el viernes 21 de diciembre en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), en el café-galería El Mirador, sito en la avenida de Santa Lucía. Habrá sorpresas y conejos que salen de chisteras, como no podía ser menos. Entre ellas, un vídeo de promoción que ha realizado Pedro Fernández, de IdeasonBoxes, que convierte el libro, casi, en una película de misterio... ¡¡¡Después del puente de diciembre, primicia mundial!!!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Nacionalismo y literatura

Dicen que la literatura no sirve de gran cosa e incluso hay quien propone, con pragmática saña, erradicarla de los planes de estudio como vienen haciendo con el latín o el griego. La literatura -la construcción del lenguaje figurado, la construcción de un relato para explicar la realidad...- no es que tenga plena vigencia en nuestras vidas, es que nos asalta en cada recodo de la actualidad.
Estoy especialmente conmovido, dicho con toda la retranca, por un episodio reciente de la actualidad catalana, la tierra donde han nacido mis dos hijos. Resulta que el nacionalismo catalán ha tomado la historia de chico de 14 años que mandaba correos intimidatorios a los comercios de su barrio para que rotulasen en la lengua de Josep Pla en un símbolo contra la opresión española.
La imagen de la guardia civil arrestando al adolescente en su casa tiene una fuerza narrativa a la que es muy difícil renunciar. La verdad (en el sentido jurídico, en el sentido machadiano) importa muy poco: la guardia civil perseguía un delito y el infractor resultó ser un menor. Un mafiosillo de la ESO elevado a la categoría de héroe, vaya.
Pero lo que importa es la metáfora: un picoleto esposa a un niño. Lo que importa (sin reparar en los medios) es construir ese relato de pueblo perseguido (inocente como un niño) por opresores desalmados. Y para ello, fíjense, la herramienta es la literatura. Es decir, una buena metáfora que conmueva las conciencias y empuje al personal a sacar las banderas y reclamar justicia. El nacionalismo catalán no aspira tanto a la verdad como a la verdad poética: convencer a través de la emoción antes que de la razón.
Ahora ya sabemos por qué la literatura puede usarse como término despectivo.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

El sombrero de las ideas descabelladas


Más penosa que la escritura es sin duda la tarea de publicación. Después de un par de años acaba salir publicada mi última novela El sombrero de las ideas descabelladas, publicada por la editorial Edebé, con geniales ilustraciones de Manuel Domínguez Guerra, como ya se adivina en la portada. En ese largo peregrinaje he quedado en deuda de gratitud con la editora Reina Duarte, una de las personas que mejor conoce el panorama de la literatura infantil y juvenil en España y que, para mi fortuna, apostó por esta novela con gran entusiasmo.
Se trata de novela juvenil (con vocación para todos los públicos), en clave fantástica. La novela relata la historia de una joven que se ve inmersa en una inesperada aventura: recuperar una partida de mágicos sombreros que inspiran ideas peligrosas a las personas que se los ponen. La protagonista, Ana, libera por accidente doce sombreros siniestros y debe ayudar a su dueño, un sombrerero huraño y antipático, a recuperarlos antes de la media noche, pues de lo contrario la ciudad corre un grave peligro…
Con la ayuda de Chapó, un chucho callejero, Ana y Pando deben encontrar y neutralizar a cada uno de los sombreros, aunque cada captura se convierte en un reto que deben superar con ingenio y habilidad pues los sombreros son tremendamente escurridizos y peligrosos. En esta difícil empresa, la niña cuenta con otro misterioso aliado, un sombrero peculiar que es capaz de inspirar ideas descabelladas, entre la genialidad y el disparate. 

En próximas entradas desvelaré algunas curiosidades de cómo se hizo esta novela, en la que tengo gran confianza.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Paquiño Correal y el periodismo del azar

Calentando motores para ni nueva novela (El sombrero de las ideas descabelladas), que sale en dos semanas, el inefable Paco Correal me dedica, con buenas dosis de cariño, un artículo en Diario de Sevilla donde me une a un director de cine coreano y a la duquesa de Alba. Paco Correal, Paquiño para los amigos, es famoso por trazar parábolas imposibles que conectan realidades que nada tienen que ver. 
Conocí a Paco en un viaje a Madrid, para presentar unos libros respectivos con nuestro común editor Antonio González, y ahí perpertramos un libro con el genial José Antonio Garmedia y el no menos brillante Paco Robles. Un diccionario de fútbol que define mejor que cualquier descripción el caracter surrealista del humor sevillano. En ese proyecto le cogí el aire a Paco, y descubrí que estaba ante un periodista diferente, único.
Paquiño, como decía, es un periodista-literato (o viceversa) que ve relaciones donde nadie más alcanza, como si le achicara espacios al azar y bajo sus conexiones neuronales-periodísticas todo el universo tuviera un sentido secreto y último que sólo él barrunta. Le he leído crónicas suyas donde un cocinero de una caseta de feria acababa teniendo un familiar que leía el libro donde se hablaba de un cineasta que había pernoctado en la casa de un famoso torero que estaba en la caseta de feria elogiando las albóndinas del cocinero.
Su universo periodístico es así, una ramificación infinita que conecta la tristeza de Cristiano Ronaldo con el deshielo de los casquetes polares. Y el azar, para Paquiño, no es sino la constatación de que todo está conectado.

Me quito el sombrero. El sombrero que os presentaré en breve...

Os dejo el enlace del artículo de Paco Correal


lunes, 25 de junio de 2012

Los cachorros y el código de Marco Polo


Todos los días no tiene uno motivo de celebrar la participación de un servidor en el guion de una película, y de cuatro libros infantiles. Sin que sirva de precedente esta burda autopromoción, ahí van las referencias de la peli y los libros, por si algún aventurado navegante se anima.

Pequeño orgullo de autor, sobre todo en los cuatro relatos: Los cachorros y la pócima del olvido, Los cachorros y las divas impostoras, Los cachorros y la maldición de la noche eterna, y Los cachorros y las serpientes de la discordia. Libros entretenidos y divertidos para los más pequeños, publicados por Edebé.

lunes, 7 de mayo de 2012

Fútbol y literatura (Adéu Pep)

Lo he contando más de una vez. Después de escribir durante diez años crónicas futbolísticas en El Mundo de Andalucía algunos amigos me preguntaban cómo podía hablar de fútbol sin agotarme en el tema. En el fondo, la pregunta llevaba implícita la presunción del plagio (del autoplagio), pues a fin de cuentas el fútbol no admite más que cuatro variantes: la victoria, la derrota, el empate... y la suspensión del partido.
Mi respuesta era siempre la misma: en el escenario de la Liga están las obras completas de Sakespeare: celos, traición, honor, venganza, envidia... En fin, las pasiones humanas palpitando en toda su crudeza. Viendo la despedida de Pep Guardiola del Barcelona estos días no hace falta ser un lumbreras para adivinar que el fútbol, más allá de lo deportivo (que muchas colinda con el tedio) se alimenta de todo ese magma de emociones que hacen de este espectáculo una metáfora hiperbólica de la vida. El fútbol es la vida exagerada, y ese es su éxito.
Por qué la literatura tradicionalmente, y salvo honrosas excepciones, ha estado tan de espaldas al deporte rey es una obviedad: el fútbol no necesita literatura, el fútbol es literatura misma. Cantares de gesta o de ingesta (si la afición es británica). La épica moderna escribe sus versos en ese balón que rueda por el césped...

domingo, 25 de marzo de 2012

A mil kilómetros de bochorno

Hay días en los que ser andaluz es una losa sobre la conciencia. Los resultados de las últimas elecciones andaluzas (tan legítimos, tan decepcionantes) nos dejan sin apenas argumentos contra aquellos que, al calor de los tópicos, caricaturizan a los andaluces bajo el estigma de la indolencia, el gregarismo y la paternalista protección de la subvención público.

A ver quién dice ahora lo contrario. Si con una corrupción galopante instalada hasta los tuétanos, si con los peores índices europeos de paro, educación, etc. no se produce una alternancia política, pues ya nos dirán qué tiene que ocurrir para que los andaluces rompan con esa inercia de 32 años de modorra, subvenciones y Canal Sur.

Es lo que los andaluces queremos, y hay que aceptarlo. Ahora bien, la democracia no sólo es aceptar con tolerancia la decisión de la mayoría (por más aberrante que nos resulte). También consiste en asumir la responsabilidad, individual y colectiva, de nuestros actos. Ahora, cuando un paisano se le queje en la escalera de su piso de que el ambiente político en Andalucía es asfixiante, de que no hay alternativas, de que nos comen la moscas, de que no hay iniciativa en la sociedad civil, de que el fracaso escolar es inasumible, de que las tasas de paro empujan a los jóvenes a la emigración... recuérdele que los andaluces tenemos lo que hemos votado.

Y lo dice un exiliado laboral andaluz. Antes no regresaba a Andalucía sencillamente porque no podía, proque no hay trabajo; ahora, además, no vuelvo porque no quiero. Cada pueblo tiene, escrupulosamente, los gobernantes que se merece. Que nadie se sorprenda ni finja indignación si después de tres décadas de democracia seguimos estando, en todas las estadísticas, en los arrabales de Europa.

viernes, 20 de enero de 2012

Paseos con mi madre


El mundo no está perdido todavía. Acabo de leer la última novela de Javier Pérez Andújar (Paseos con mi madre, Tusquest) y quedan motivos para la esperanza, al menos en la literatura. La primera controversia que suscita el libro es el género: ¿novela, biografía, memoria, crónica...? Discusión bastante bizantina porque lo que encontramos es un libro inclasificable cuyo rasgo más definitorio es el cuidado y el buen gusto con el que está escrito.
Javier nos plantea un viaje (espacial y temporal) por Sant Adrià del Bessos y la Barcelona de extrarradio, metáfora de cualquier ciudad dormitorio.
El libro, desde las primeras líneas, te envuelve en una música particular, en todo ese halo de fracaso, melancólico y desaliñado, que envuelve los barrios de clase obrera, y nos conecta con un ramillete de personajes desubicados y entrañables que cualquiera que se haya criado en un barrio, reconocerá como propio.
La novela, valga la paradoja, es pura poesía. Es decir, se lee y se disfruta como un poema, y el autor, más que una crónica de la época, no pretende más que dignificar, a través de la literatura, un paisaje marginal, y expresar las sensaciones (contradictorias a veces) que ese escenario de su infancia le provoca. De paso, hace el mejor retrato de Barcelona que he leído: ciudad tan hermosa como distante e indififerente con sus vecinos.
La mejor literatura contemporánea se escribe en los periódicos. Javier Pérez Andujar conecta con esa tradición del articulista literarario que hace de la crónica un poema para envolver pescado. Una prosa deliciosa que recuerda a los artículos de Umbral, a la ironía de Raúl del Pozo, a las metáforas de Ignacio Ruiz Quintano o David Gistau...
Que suerte que aún se publiquen novelas como esta.
El otro día pude conocer al escritor en un acto en la Llibreria A peu de pàgina, en el barrio de Sarrià y, además de un tipo sencillo y para nada pagado de sí mismo, y encontré, escuchando al autor, que todos los hallazgos estéticos del libro no son para nada causales, sino el producto de un hondo conocimiento de la literatura y de una exquisita sensibilidad.
Acudan corriendo a las librerías....